Cuaderno de bitácora
- Manu Gil
- 3 feb 2015
- 1 Min. de lectura
Altas crestas rugientes han zarandeado nuestra nave. Fuertes vientos de norte nos han obligado a replegar velámen. Duras tempestades han azotado los ánimos de los tripulantes.
Pero tras cualquier tempestad viene la calma. Arriamos velas, levamos anclas y enfilamos rumbo al mar de los sueños.
Algunos puertos esperan nuestra llegada. Pequeñas escalas antes de que atraquemos, allà por finales de julio, en nuestro puerto de destino. Aquel que grabará a fuego la primera de las mil andanzas de estos 5 marineros.
¡Viento en popa, a toda vela! -corea a la tripulación-.
Un buen trago de ron y a surcar la mar, marineros.

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